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¿Cómo medir el grado de exigencias psicológicas requeridas por el entorno educativo español en el alumno universitario?

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Revista

Working Papers on Operations Management (WPOM)

Abstract

Abstract: No hay un consenso claro acerca de las dimensiones e ítems más adecuados para medir las exigencias psicológicas, aunque es habitual plantear tres escalas (exigencias cuantitativas, emocionales y cognitivas). En este trabajo se proponen 3 escalas que, posteriormente, son validadas con una muestra de alumnos universitarios. Dos de las tres escalas propuestas pueden ser usadas en investigación exploratoria. Los resultados permiten disponer de una primera versión del cuestionario Ps2JCHE-spV0 (mejorable en investigación futura) para un contexto no abordado todavía por las investigaciones precedentes. El objetivo es poder ofrecer a los profesores universitarios unas escalas válidas para el diagnóstico de buenas prácticas, así como ofrecer un baremo que permita la comparación de la situación de un grupo de alumnos con una población de referencia. (No clear consensus exits about the dimensions and items more appropriate to measure psychological demands, although it is usual to raise three scales (quantitative demands, emotional and cognitive). In this paper we propose three scales that are subsequently validated with a sample of university students. Two of the three scales proposed can be used in exploratory research. The results allow for a first version of the questionnaire Ps2JCHE-spV0 (improved in future research). The aim is to offer academics a valid scales for the diagnosis of best practices and provide a scale that allows comparison of the situation of a group of students with a reference population.) Keywords: psychological demands; questionnaire validation, adaptation; Ps2JCHE-spV0; higher education; demandas psicológicas; validación de cuestionario; adaptación de cuestionario; educación superior 1. Introducción “El tamaño de las clases son muy grandes, la madurez en la educación de los alumnos es baja y la interacción entre estudiantes y profesores es limitada”. Así describe Armstrong (2003) la realidad en las aulas de las universidades, y es que lejos de una participación activa del estudiante en su propia formación, éste, permanece pasivo en los procesos de aprendizaje. Una de las formas de poder realizar un cambio en la relación docente-estudiante es cambiar las condiciones de trabajo en las que los estudiantes realizan las actividades, para transformarlo en un contexto más formativo y motivador (Martínez Gómez y Marin-Garcia, 2009). Esta transformación, implica una modificación de los factores psicosociales en el entorno de trabajo de los alumnos. Es decir, se modifican aquellas condiciones que están directamente relacionadas con la organización, el contenido del trabajo y la realización de la tarea, y que tienen capacidad para afectar tanto al bienestar o a la salud (física, psíquica o