Abstract
La Galería Dorada recibe su nombre por la profusión de ornamentación dorada que decoran las diferentes estancias. Estas pinturas ejecutadas por Gaspar de la Huerta, suponen un hito dentro del movimiento del último barroco colorista en tierras valencianas.
El desarrollo del macro-proyecto de intervención que se expone en este artículo, comenzó con un exhaustivo estudio documental, técnico y físico-químico de las diferentes obras, lo cual permitió caracterizar la naturaleza de los materiales, su estado de conservación y los tratamientos más adecuados en cada una de las obras. El trabajo interdisciplinar, desarrollado durante algo más de un año y medio, permitió recuperar una de las obras más emblemáticas a la vez que únicas de la Comunidad Valenciana.