Abstract
sólo de una manera económica, sino también en un sentido ecológico, social, cultural y político con el fin
de ser considerado competitivo. Por ello y desde un punto de vista turístico y urbano, vamos a analizar la
evolución de la costa española durante el siglo pasado con el fin de identificar los pros y los contras de
este desarrollo. La costa española, tanto la Mediterránea como la Atlántica, se considera una zona
estratégica debido a sus numerosas zonas de gran valor ecológico, cultural, social y económico. Existen
muchas zonas protegidas en la costa y, si bien en términos relativos, el número total de áreas protegidas
en España no es muy alto con respecto al total, éstas han aumentado de manera significativa en los
últimos años. No obstante, este número de áreas sigue siendo considerablemente más bajo que el número
de áreas terrestres protegidas. El patrimonio costero español es de gran valor y recientemente se está
prestando una mayor atención a la conservación de estos paisajes.
El Turismo de sol y playa es considerado el subsector que ejerce una mayor presión sobre el medio
ambiente costero español y también es considerado de gran importancia social. Detrás del turismo se
encuentran otros sectores como la pesca, la industria, la agricultura y la energía (este último y en los
últimos años, de gran controversia en lo que a zonas costeras se refiere). Sin embargo, la comparación
entre las dos principales zonas turísticas: Costa mediterránea (incluyendo las Islas Baleares) y la costa sur
del Atlántico (incluyendo las Islas Canarias) muestra que, pese a que el turismo se percibe como el sector
que ejerce una mayor presión sobre el medio ambiente y también el más importante desde el punto de
vista social, este hecho queda más patente en el Mediterráneo que en el Atlántico. Efectivamente, uno de
los aspectos más notables del proceso de transformación que ha sufrido la costa española durante los
últimos 65 años es la ocupación de las zonas costeras por el desarrollo urbano. La urbanización de las
zonas costeras está íntimamente ligada al desarrollo del turismo en los destinos de sol y playa. Sin
embargo, esta ocupación varía de región a región y, por supuesto, algunas de las regiones más invadidas
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son aquellas en las que el turismo ha experimentado un crecimiento más rápido. De esta forma, la costa
mediterránea (incluyendo las Islas Baleares) y las Islas Canarias, que en conjunto representan el 75% de
alojamiento regulado del país y reciben el 85% de todos los turistas extranjeros, así como el 60% de los
turistas nacionales en España, son las áreas en las cuales el desarrollo urbano y del turismo ha sido más
intenso. La urbanización sin control de estas zonas tuvo su mayor apogeo en la década de 1960 y
principios de 1970 e implicó esencialmente la construcción de hoteles y apartamentos. Tras este primer
auge, que afectó principalmente a las zonas vacacionales de sol y playa, le siguió un crecimiento
acelerado en los diferentes tipos de construcción en las zonas costeras españolas, especialmente
residenciales y de vivienda para particular, en la segunda mitad de la década de 1990. Esta situación fue
resultado de la combinación de un complejo conjunto de variables económicas, financieras y sociales que
van más allá del desarrollo del turismo.
Por último, son numerosas las iniciativas en diferentes ámbitos y que han producido resultados diferentes
cuando se habla de desarrollo costero en España. También se prestará atención a las iniciativas españolas
y europeas que se han llevado a cabo con el fin de favorecer la integración de estas áreas costeras y de
evitar su deterioro ambiental. Además, se destacarán los puntos principales de estas iniciativas y la forma
en que podrían llevarse a cabo de acuerdo con las característica