Abstract
La correcta selección e instalación de contadores de agua que contabilicen el consumo de
los diferentes usuarios ha sido, y sigue siendo, uno de los mayores retos de las compañías
de agua. El propósito último ha sido obvio, la facturación del servicio como medida para la
recuperación de costes. Sin embargo, rápidamente se ha detectado el potencial que hay
detrás de todos estos datos; la posibilidad de analizar, descubrir y entender las pautas de
consumo de los usuarios. Esta información es imprescindible para marcar las líneas
estratégicas de la empresa, y es clave en la toma de decisiones enmarcada dentro de la
gestión de la demanda. Por lo tanto, el objetivo es evidente; recoger los máximos datos
de los usuarios siempre y cuando éstos puedan ser aprovechados.