Economía circular: Aprovechamiento de materias primas para su uso como bioestimulantes

El actual sistema económico está basado en un modelo de crecimiento que se apoya en la producción de bienes y servicios bajo las pautas de «usar-consumir-tirar». Este modelo "lineal" conlleva un uso intensivo de recursos naturales y crea una elevada presión sobre el medio ambiente que está detrás de las manifestaciones más graves de la crisis ambiental que atravesamos, incluido el cambio climático o la pérdida de biodiversidad. Siguiendo las directrices de la Union Europea que apuesta por un impulso de la economía circular como uno de los ejes de su política económica y ambiental, España adoptó en junio de 2020 la Estrategia Española de Economía Circular ¿ España Circular 2030, una estrategia a largo plazo como elemento clave de la transición ecológica que establece un decálogo con objetivos cuantitativos para alcanzar en 2030.
Por otro lado, el uso de bioestimulantes en agricultura, esta en pleno crecimiento, y esta desplazando en ocasiones a fertilizantes tradicionales. Los bioestimulantes son sustancias y/o microorganismos cuya función es estimular los procesos naturales que mejoran la absorción y asimilación de nutrientes, tratar el estrés abiótico o mejorar algunas de sus características agronómicas.
El objetivo del uso de los bioestimulantes es conseguir cosechas de mejor calidad y dar solución a algunos de los problemas más comunes de los cultivos, como déficit hídrico, poca luz, desfases de temperatura, etc., lo cuales pueden provocar pérdidas en su valor comercial.
La principal diferencia entre los bioestimulantes y los fertilizantes es que, mientras estos últimos aportan nutrientes a las plantas, la función de los primeros es mejorar los mecanismos de absorción de los nutrientes y su eficiencia, además de favorecer la tolerancia frente al estrés abiótico, que son todos aquellos factores ambientales que alteran los procesos fisiológicos de las plantas, afectando a su desarrollo.
Pero sin duda lo más importante es que la utilización de bioestimulantes propicia un menor uso de fertilizantes, lo cual contribuye al cumplimiento de uno de los principales objetivos de la estrategia de la UE "De la granja a la mesa": reducir el uso de fertilizantes en al menos un 20 % para el 2030. Numerosos microorganismos y extractos vegetales están siendo utilizados como material prima para la creación de bioestimulantes.
Sin embargo, la implementación de la economía circular en el proceso de desarrollo de bioestimulantes no esta siendo suficientemente explorada pese a que es una aplicación ideal para fomentar la transición ecológica propuesta por la UE.
Desde la UPV proponemos la búsqueda y aprovechamiento de nuevas materias primas para su uso en el desarrollo de bioestimulantes que cumplan los objetivos de una economía circular. Esta aproximación reducirá la cantidad de residuos y materiales utilizados normalmente en la producción de bioestimulantes.